Salvador Dalí: el surrealismo personificado
martes, 5 mayo, 2020
12:00 hrs
Cuando se habla de arte es casi imposible no mencionar a Salvador Dalí, el padre del surrealismo que fue mucho más allá de la pintura, y se convirtió en fuente de inspiración para profesionales creativos, de todo tipo de rubros, a nivel mundial.
En WiduDesign nos consideramos apasionados por su trabajo, por lo que hoy decidimos conocerlo mejor y ahondar realmente en la vida de este inmortal pintor.
Quién fue Salvador Dalí
Salvador Felipe Jacinto Dalí Doménech nació el 11 de mayo de 1904 en Figueras, España. Con cinco años, sus padres lo llevaron a la tumba de su difunto hermano mayor (también llamado Salvador) quien falleció unos nueve meses antes del nacimiento del pintor, y le dijeron que él era su reencarnación, una idea que Dalí creyó durante toda su existencia.
“Nos parecíamos como dos gotas de agua, pero dábamos reflejos diferentes… Mi hermano era probablemente una primera visión de mí mismo, pero según una concepción demasiado absoluta” expresó en su adultez.
Primeros pasos en el arte
En 1916 descubrió la pintura contemporánea a través de una visita a la casa de la familia de Ramón Pichot, un artista local que viajaba regularmente a París. Siguiendo los consejos de Pichot, su padre lo envió a clases de pintura con el maestro Juan Núñez.
Tres años más tarde, con catorce años, Salvador Dalí ya se encontraba participando en una exposición colectiva de artistas locales en el teatro municipal de Figueras , así como en otra en Barcelona, auspiciada por la Universidad de la ciudad, en la que fue premiado por su talento.
Pero fue en 1922 cuando comenzó sus estudios profesionales en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid. Donde enseguida atrajo la atención de todos por su excentricidad e innegable talento.
Dejaremos que sus principales obras y frases hablen por sí solas.
La persistencia de la memoria, 1931.
“No te empeñes en ser moderno. Por desgracia, hagas lo que hagas, es la única cosa que no podrás evitar ser”
Primavera necrofílica, 1936.
“La única diferencia entre un loco y yo es que yo no estoy loco“.
La última cena, 1945.
“No podéis expulsarme porque yo soy el surrealismo”.
Leda atómica, 1949.
“El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura”.
Sin embargo, Salvador Dalí no solo fue reconocido por sus grandes pinturas, el artista también creo una colección única de joyas de oro, entre 1940 y 1970. Él personalmente seleccionó las piedras preciosas e inventó los nombres de las 39 magnificas piezas, y fue el joyero neoyorquino Carlos Alemani quien plasmó las fantasías surrealistas del famoso pintor.
Te mostramos algunas de ellas:
Pendientes telefónicos, 1949
Pendientes en oro amarillo de 18 quilates, diamantes, rubíes y esmeraldas
Tristán e Isolda, 1953
Broche de oro amarillo de 18 quilates, platino, diamantes y granate almendrino.
Las ramas entrelazadas, 1964
Collar en oro amarillo de 16 y 18 quilates, amatista, cuarzo, zafiros verdes y diamantes.
Las joyas extraordinarias de Dalí se encuentran actualmente en el Teatro-Museo de Figueras, como parte de su colección permanente.
Un artista que se convirtió en arte
El pintor culmino su última obra “Cola de Golondrina” en 1983. Seis años más tarde, falleció a la edad de 73 años, a causa de una insuficiencia cardiaca, en Figueras, España.
“No creo en la muerte, en ninguna; pero en la muerte de Dalí menos. Yo no moriré porque Dalí es paradójico y contradictorio ¡siempre!” expresó antes de morir, hablando de sí mismo en tercera persona, y tuvo razón. Sus ocurrencias, obras y aspecto físico aún viven entre nosotros, siendo inspiración para muchos en la actualidad.
Como ejemplo de ello:
El Teatro-Museo Dalí
Es un museo dedicado enteramente al pintor, que se encuentra en la plaza Gala-Salvador Dalí, número 5, en Figueras, España.
La Casa de Papel
“La Casa de Papel” es una de las más grandes producciones españolas que ha motivado a más de uno a adoptar un elemento del disfraz de sus personajes principales: una máscara alusiva al rostro de Salvador Dalí.
Dalí. La exposición en Potsdamer Platz
Situado en Berlín, este museo tiene el lema “Come into my brain” que solía usar el pintor. En la entrada se puede observar un piano blanco que expulsa agua por un grifo, creando un charco alrededor, siguiendo la estética surrealista del artista.
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